Con el apoyo de alrededor de 200 voluntarios que llegaron de diversos sitios del estado, entre los que se encontraban niños jóvenes, adultos e incluso ancianos, se logró recolectar alrededor de una tonelada de residuos sólidos que se obtuvieron tanto en el cuerpo de agua como en la periferia a este cenote.
Las labores iniciaron alrededor de las 8am y concluyó a las 12 del día. Se extrajo gran cantidad de botellas, latas, plásticos, vidrios, colillas de cigarros, tapitas e incluso pañales, así como infinidad de objetos rotos y oxidados. Como se recordará, este cenote ya fue saneado en diversas ocasiones, siendo que en el año 2016, con el apoyo de diversas ONG y ejido, se extrajo cantidad similar, a tiempo que se instaló un letrero con la intensión de concientizar a los visitantes a no arrojar o dejar sus desechos. Sin embargo, esto no fue suficiente ya que en diciembre pasado se volvió a sanear el exterior, y hoy, a solo 4 meses de distancia, nos encontramos con este desolador panorama.
Sin duda, es importante que los tres órdenes de gobierno le presenten atención a esta grave problemática, ya que hablamos de un solo cenote, y en el estado existen registrados más de 3,000 de estas formaciones. En el caso específico de este emblemático cenote de Dzityá, es importante que el ayuntamiento de Mérida lo incluya dentro de un plan de rescate. La belleza y ubicación de esta formación natural y la voluntad de los ejidatarios de rescatarlo, son la combinación perfecta para ser de este sitio un espacio recreativo que perfectamente podrían aprovechar las familias tanto del municipio como de poblaciones circunvecinas y de la misma capital yucateca, e incluso convertirse en un ícono de la comisaria e incluso de la ciudad capital de Yucatán.
