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Termina noviembre y en los poblados de Yucatán se despiden a las ánimas

Esta tradición es parte de las muchas formas en las que las comunidades locales dan testimonio de sus formas de pensamiento.


Mérida, Yucatán a 30 de noviembre de 2020.- Al cumplirse los 30 días de visitas de las ánimas, es importante despedirlas. La tradición en los pueblos de Yucatán es ofrecerles rezos, reponer las flores y las velas del altar, ofrecer nuevas ofrendas y dedicarles emotivos recuerdos, esperando que el próximo año vuelvan a visitar su casa.

La tradición de la despedida implica también alegría, gozo y buenos augurios, porque las ánimas de los difuntos disfrutaron su “estadía” entre los vivos y acompañaron a sus familias en la comida y las bebidas que se depositaron al inicio del mes.

Sobre este tema, Felipe de Jesús Castillo, Coordinador de Lengua y Cultura Maya del Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya  del Estado de Yucatán (Indemaya) , señaló que esta tradición es parte de las muchas formas en las que las comunidades locales dan testimonio de sus formas de pensamiento.

La celebración del Hanal Pixán no termina el día 2 de noviembre después de comer mucbipollos, señaló. En los pueblos de Yucatán, la celebración se extiende por espacio de 30 días, propiamente hasta concluir el mes de noviembre. Para algunas personas, la despedida se realiza con el ochavario, al octavo día de la celebración de difuntos, pero para otras más, este espacio de tiempo es mas amplio y acompañan a sus difuntos hasta finales de noviembre.

La despedida de las almas, es también un ritual en donde se retira el altar presentado a “los visitantes”, donde durante 30 días se han colocado viandas, frutas, agua, algunos dulces e incluso juguetes, si hubiera algún niño difunto en la familia, destacó.

Algunas familias, despiden a sus difuntos en el bix, -ochavario-. Según las tradiciones mayas, a la semana siguiente se realiza el ochavario, una semana después del día 2 de noviembre, otras más, marcan un período mayor de celebración, porque, para las comunidades mayas, la visita de los difuntos es una celebración, declaró.

Es común que, en algunas casas se prepare comida abundante, nuevamente pibes, otras más, guisos y tamales, polcanes y otros antojitos, que les permitirá a las ánimas llevarse mucha más comida para su viaje, que durará un año y regresen “a su lugar”.

Felipe Castillo comentó que es muy difícil remontarse a alguna fecha específica para saber cuándo surgió la tradición, pues aseguran que data de los tiempos en los que los pueblos mayas ofrecían estas dos grandes festividades a los difuntos, a quienes les muestran un gran respeto y cariño, pues se trata de familiares y amigos muy queridos.

”En las comunidades, la celebración del hanal pixán dura toda una semana, durante el resto del mes, se ofrecen novenas, rezos y renovaciones de la mesa que se presentó inicialmente”. En muchas ocasiones incluso se han documentado despedidas con música, celebración para establecer el compromiso de que el año venidero también serán bien recibidas las ánimas en su reencuentro con los vivos.

Antes de finalizar, Felipe Castillo destacó la necesidad de preservar estas tradiciones y valores del pueblo maya. Es importante preservar y difundir mucho más los motivos y costumbres de nuestra cultura, porque permitirá que las nuevas generaciones valoren y participen de estas celebraciones, con la misma emoción y devoción que las han preservado a lo largo de tanto tiempo.

En la actualidad, las nuevas generaciones desconocen muchas de las formas y costumbres de las poblaciones nativas, eso obliga a que muchas de ellas se pierdan o se olviden. Por ello, la necesidad de incluirlas en las muchas tareas diarias de la sociedad y que más personas las conozcan disfruten, preserven y participen, comentó.

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