Emma fue asesinada de 11 puñaladas en la terraza de su casa en el fraccionamiento San Luis.
Mérida, Yucatán a 27 de marzo de 2023 (InformaTe Yucatán).- Al cumplirse seis años del feminicidio de su hija Emma Gabriela Molina Canto, su madre la ahora activista Ligia Canto Lugo, exigió la aprobación de la Ley Monzón que suspende la patria potestad a feminicidas.
Ligia Canto, acompañada de familiares y mujeres que apoyan su lucha, se manifestaron esta mañana en los Juzgados Familiares en la calle 35 x 62 del Centro de Mérida, porque ahí se encuentra la juez Sandra Beatriz Bermejo Burgos a quien señala de negarle la justicia a su hija cuando estaba viva.
La madre de Emma, señaló a la juez de una presunta complicidad con familiares de Martín Medina Sonda -feminicida de su hija-, para entregarle la guardia y custodia de los tres menores a los abuelos paternos Juana María Sonda Herrera y Julio Medina Gurubel. La patia potestad de los hijos de Gaby, es otro frente abierta por la justicia yucateca, el padre ha interpuesto amparos para quitárselos a la abuela.
Doña Ligia reprochó que la muerte de su hija se pudo evitar y aún muerta, la justicia no llega, la paz tampoco, pues Martín Medina tiene abiertos dos amparos contra la sentencia por feminicidio.
¿Qué delito han cometido mis nietos? Para que las autoridades judiciales tanto de Yucatán como de la Federación, confirmen la sentencia contra el feminicida intelectual y procuren la justicia a las tres víctimas a quien el sistema se los negó desde que tenían 6,4 y 2 años de edad.
“Este 27 de marzo recuerdo a mi hija viva, seguiré siendo la voz de su ausencia, para obtener justicia; puesto que a pesar de que han transcurrido seis años desde que fue asesinada por los sicarios pagados por Martín M.S., tenemos que seguir luchando porque el Tribunal Colegiado de Yucatán, no ha confirmado los amparos directos en contra de las sentencias del homicida (40/2022) como el feminicida intelectual (45/2022)”.
Se ha terminado el silencio porque ahora suenan nuestras voces, señaló la mujer de la tercera edad, quien tras el crimen de su hija se volvió activista.
