La tradición de la Sidra Pino y el Soldado de Chocolate sigue viva gracias a la familia Albornoz.
La historia de la Sidra Pino y el Soldado de Chocolate está marcada por décadas de dedicación y tradición, un legado que sigue siendo resguardado por la familia Albornoz, quienes han sido los guardianes de las fórmulas de estos productos tan emblemáticos de Yucatán.
Desde 1974, el Ing. José Luis Albornoz comenzó su vínculo con la Sidra Pino trabajando en la planta que originalmente pertenecía a la familia Pino. Tras la venta de la planta a Víctor Erosa, la sabiduría sobre los secretos de producción de estos productos no desapareció, ya que Albornoz continuó como pieza clave dentro de la empresa, asegurando la continuidad de la producción a través de su profundo conocimiento del proceso y las fórmulas.
Aunque comenzó como practicante, pronto asumió la responsabilidad total de la producción, encargándose desde la adquisición de insumos hasta la adaptación de las fórmulas para satisfacer las preferencias del mercado. Su conocimiento único de la fabricación de la Sidra Pino y el Soldado de Chocolate resultó esencial para la estabilidad de la planta, ya que sin él, la empresa no habría podido mantener la producción.
Con el paso de los años, el Ing. Albornoz asumió múltiples roles dentro de la planta, enfrentando grandes desafíos. Desde las complicaciones económicas hasta la escasez de insumos, pasando por problemas laborales y accidentes por equipos obsoletos, él siempre estuvo al frente, resolviendo cada uno de los obstáculos. Su dedicación al proyecto fue inquebrantable, incluso cuando recibió ofertas de otras empresas, como Bepensa, para producir Bevi. Sin embargo, su lealtad hacia la Sidra Pino y el Soldado de Chocolate lo mantuvo firme en la planta durante 38 años.
El Soldado de Chocolate, uno de los productos más icónicos de la planta, pasó por diversas modificaciones a lo largo de los años. La fórmula sufrió ajustes tanto en Yucatán como en Miami, donde se intentó producir, y fue en dos ocasiones cuando el Ing. Albornoz viajó para asesorar a los productores y garantizar la estabilidad de la receta.
Además de estos productos, la Sidra Pino Negra, otro de los productos populares, también formaba parte del legado del Ing. Albornoz. Aunque la producción de esta bebida ha cesado, su historia permanece viva. En una última ocasión, el padre, con la ayuda de su hijo, preparó nuevamente la Sidra Pino Negra a solicitud de un familiar.
A pesar de los desafíos económicos y administrativos que atravesó la planta, incluyendo su venta a Víctor Erosa (hijo) y el posterior cierre debido al desinterés de la segunda generación de la familia Erosa, las fórmulas originales de la Sidra Pino y el Soldado de Chocolate siguen siendo patrimonio de la familia Albornoz. A pesar de no contar con el concentrado necesario para producir nuevamente la Sidra Pino, el legado de la familia persiste y la fórmula del Soldado de Chocolate está preservada. Hoy en día, el hijo del Ing. José Luis Albornoz, también ingeniero, está dispuesto a revivir este sabor tan característico para quienes deseen probarlo de nuevo.
El último acto simbólico del padre fue preparar, con mucho cariño, el Soldado de Chocolate para su nieta, antes de su fallecimiento, como un emotivo legado familiar que simboliza décadas de historia y tradición.