Ni el INAH, ni la Profepa, han podido frenar la destrucción de la antigua ciudad maya de Tzemé, en el municipio de Kinchil que pasará a dar vida a naves para crianza de pollos.

Kinchil, 18 de noviembre de 2025.-A pesar de los sellos de clausura en obras de expansión de la granja avícola de la empresa Crío, personal de la constructora Cavico continúa los trabajos de nivelación en el terreno, violando dos suspensiones, la del INAH y la segunda, impuesta hace unos días por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
El Consejo Comunitario de Kinchil denunció la violación de la orden de clausura emitida por el Gobierno Federal (Profepa) el pasado miércoles 12 de noviembre y del 22 de octubre del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), permitiendo la devastación de una antigua ciudad maya.
“Demandamos nuevamente que ambas instituciones tomen todas las medidas necesarias para que la empresa detenga de forma inmediata la devastación de la antigua ciudad maya de Tzemé y responda ante los tribunales por los daños ocasionados y por desacato”.
El Consejo Comunitario de Kinchil tomará acciones legales contra ambas instancias por no hacer respetar sus órdenes de suspensión y clausura, así como contra la empresa Crío y la constructora Cavico.
”Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para que esta devastación no quede impune”, afirmó Federico May Cuitún, del Consejo Comunitario. “Es inadmisible que Crío siga destrozando nuestro patrimonio tras dos clausuras sin que las instituciones tomen cartas en el asunto. El INAH ha mostrado un completo desinterés en preservar Tzemé, y PROFEPA tampoco está haciendo valer su clausura. Pareciera que cuando grandes empresas violan las leyes, las instituciones simulan que toman medidas mientras permiten continuar con la devastación. Sin embargo, las personas mayas son castigadas con saña por cualquier denuncia, incluso cuando no tienen sustento.”
Como las instituciones que deberían protegernos no lo hacen, nos vemos obligados a demandarlas ante los tribunales. Muchas violaciones quedan impunes porque no es tan fácil litigar contra el gobierno. Esto no debería ocurrir, el sistema parece estar diseñado para la corrupción en lugar de para la justicia, finalizó Modesta Canul Chuil, integrante del Consejo Comunitario.




