CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Othón Cortez, quien fuera acusado de ser el segundo tirador en homicidio del candidato presidencial priista Luis Donaldo Colosio Murrieta, anunció que acudirá a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para pedir la reposición de los daños y para que el gobierno mexicano le pida perdón, informó el semanario Zeta de Tijuana en su página web.
Cortez, quien se desempeñó como chofer del Partido Revolucionario Institucional en la década de 1990, dijo que confía en la buena voluntad del presidente Andrés Manuel López Obrador con las personas que han sido víctimas de gobiernos pasados, por lo que espera que él sea uno de los beneficiados con el perdón.
El próximo sábado 23 de marzo se cumplirán 25 años del asesinato de Colosio, perpetrado en la localidad de Lomas Taurinas de Tijuana, Baja California. A propósito del aniversario, Cortez se reunió con el Grupo Madrugadores de Tijuana, A. C. en el que relató cómo ha sido su vida después de que fuera exonerado del caso.
“Estoy consciente de que nuestro presidente de la República, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, nuestro líder, está pidiendo ya perdones, está acatando las recomendaciones, entonces queremos que en un plazo no muy lejano, estemos recibiendo un perdón público y la reparación del daño por parte de las autoridades”, señaló Cortez, de acuerdo con Zeta.
“No es la primera vez que se pide reparación del daño, no hubo respuesta por parte del presidente Fox (Vicente); por parte del presidente Calderón (Felipe), que nos atendieron y nos dijeron que no nos podían pagar el daño porque no había sucedido en su gobierno, y el presidente Peña Nieto (Enrique) no me quiso recibir”, recordó.
En febrero de 1995, un año después del magnicidio de Colosio, Othón Cortez fue detenido por ser el presunto responsable del segundo disparo hacia el candidato presidencial priista, y estuvo preso en el penal de Almoloya de Juárez durante un año y medio, tiempo en el cual fue torturado y humillado, recordó Zeta.
Destacó que Othón Cortez actualmente trabaja en el Parque Morelos, en Tijuana, y tiene múltiples problemas de salud relacionados con la tortura que sufrió durante su aprehensión.
