Reclaman a empresa inmobiliaria por un caso de crueldad animal, aunque aseguran, no fue la primera vez que ocurre.
Mérida, Yucatán a 28 de Diciembre de 2025 (InformaTe Yucatán).- Yucatán ocupa el primer lugar a nivel nacional por maltrato animal, tercero en Latinoamérica y segundo mundial, solo después de China, afirmó la activista pro derechos de los animales, Elsa Arceo Medina.
Si bien Yucatán es calificado como un estado seguro, también es una entidad violenta contra los animales, poco empática y donde la ciudadanía tampoco es del todo responsable con sus mascotas.
Todos los días hay casos de envenenamiento de perros y gatos, atropellamientos intencionales, zoofilia (el último registrado en el Cuyo el 24 de Diciembre) y poco responsabilidad de las autoridades. En los últimos dos años, recordó, se han contabilizado 800 denuncias por este delito, no todos llegan a una carpeta de investigación.
Ayer, junto con otros rescatistas y vecinos del fraccionamiento Los Héroes, acudieron a las oficinas de venta de la inmobiliaria Grupo Sadasi, donde exigieron información sobre la perrita embarazada que fue encerrada en una jaula diminuta por más de 12 horas y que después presuntamente desapareció. La responsable es señalada como Miriam Noguera, empleada de esa empresa.
Exigieron una respuesta por parte de la empresa contra la cual procederían legalmente por actos de crueldad animal que está penado en el Estado.
“Las activistas, las rescatistas ya no podemos más, esto es una corresponsabilidad no solo de las personas que nos dedicamos a esto de corazón, también de la ciudadanía. Yucatán es una vergüenza”, insistió.
“Queremos respuestas claras, ¿Dónde está esta pequeña? Que dejen de mentir y nos digan ¿a dónde la llevaron?”.
Aunque intentaron dialogar con la mujer señalada o directivos de la empresa, su petición fue ignorada. Solo estaba un vigilante y una secretaria que poco pudieron hacer.
La presencia de los rescatistas, el grupo de vecinos y la prensa, desató una presencia policiaca inusual a las afueras de la oficina de dicha empresa inmobiliaria, lo que generó molestia entre los activistas que lo consideraron un acto intimidatorio porque “los delincuentes están en otra parte”.
