El año pasado, de acuerdo a reportes de Instituto de Psicología Jurídica, se tiene un registro de 214 muertes autoprovocadas.
Mérida, Yucatán a 9 de mayo de 2020 (InformaTe Yucatán- El director del Instituto de Psicología Jurídica, Paulino Dzib Aguilar asevera que existen factores comunes entre los suicidas y quienes atentan contra su vida sin éxito, a estas últimas se les puede georeferenciar para ayudarlas.
La depresión, rupturas amorosas, problemas económicos y farmacodependencia; son las causas más comunes asociadas a este problema social “normalizado” entre la sociedad yucateca.
El especialista resalta la importancia de crear programas profesionales, dirigidos a prevenir y reducir el número de muertes autoprovocadas.
Dzib Aguilar, destacó que un esfuerzo académico de la dependencia que dirige condensa datos de tres dependencias para tratar de asistir con mayor anticipación a este tipo de hechos que crece año con año.
Los meses de abril y agosto reportan las cifras más altas de suicidio en Yucatán, refiere.
Explicó que este estudio reúne información concentrada de la Fiscalía General del Estado (FGE), la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Secretaría de Salud (SSY) para encauzar un análisis metódico y especializado sobre este tipo de siniestros que en 2019 reportó 214 personas muertas, una cifra muy alta, expresó.
Apuntó que con los datos que aportan las dependencias estatales se presentará el estudio donde entre las conclusiones muestra que es posible georeferenciar a las personas que han intentado suicidarse y es posible ubicar las condiciones para tratar sus problemas, lo que permitiría ir a situaciones más profundas sobre los padecimientos de las personas y prevenirlas.
La investigación que lleva al cabo, pormenoriza los hechos que se han reportado en los meses de abril y agosto, considerados los meses con más suicidios en los últimos años.
Asimismo, se observa que los fines de semana, son los días cuando más personas se quitan la vida. Los casos – incluso – aumentan en quincena. Esta incidencia aparece con mayores cifras los meses de abril y agosto en los últimos años.
Expuso que el seguimiento en cifras y reportes de las tres dependencias estatales se incluyen las condiciones de salud mental de las personas que atraviesan por momentos de crisis personal y que atentan contra su vida.
Puntualizó que, el suicidio es un problema multifactorial, ya que son diferentes factores los que implican la condición para que un sujeto intente suicidarse y muchas veces lo logre. Por ello, se necesita una autopsia psicológica y meses de estudio para determinar los motivos.
El estudio establece que los cuatro factores antes citados aparecen en los datos de manera recurrente. Por esta razón es necesario realizar estudios más profundos y ubicar a estos grupos poblacionales más vulnerables, segmentarlos y atender su problemática desde una óptica mas contundente, estableció.
Se requieren programas de atención para personas desde un enfoque de prevención, crisis y tratamiento, “y no solo brindar pláticas aleatorias”, expuso. “Las pláticas no han logrado mitigar el número de casos; la investigación avanzó en los últimos años y se demostró que los talleres informativos equivalen a disparar al aire y esperar que algún día le des a un pato”, suscribió.
“Lo que tenemos que hacer es georeferenciar a las personas que han intentado quitarse la vida y trabajar con ellos”, respondió.
Explicó que, más allá de las pláticas se requiere entender la dimensión del problema de salud pública, y eso únicamente se logra con una base de datos confiable, un seguimiento caso por caso de las circunstancias y motivos y agregar factores clínicos y analíticos para llegar a conclusiones que impliquen políticas públicas para esta población exclusivamente, enfatizó.
En la actualidad ,se puede identificar a la gente más propensa a cometer suicidio, ejemplificó que cuando una persona intenta quitarse la vida y no lo logra, suelen existir reportes policiacos al respecto. Ante un intento de suicidio, son los propios familiares quienes llaman a los números de emergencia y notifican el hecho.
Esa información sirve para ubicar puntos en un mapa, establecer referencia y conocer el entorno, características y valores de las condiciones del sujeto que intenta auto lastimarse y atender los problemas que le aquejan emocional y socialmente, repuso.
“Se ha comprobado que entre un 70 y 80 por ciento de las personas que se suicidan lo intentaron con anterioridad por lo menos en una ocasión”, reveló.
Declaró que se requiere tener una definición legal del suicidio, es decir, un texto que determine que tipo de muertes entran en la categoría y cuáles no.
Ante lo anterior, ejemplificó que hay mujeres de edad avanzada que se suicidan, y los familiares creen equivocadamente que olvidaron tomar sus medicamentos o que aumentaron la dosis por error, cuando la posible realidad es que la señora ya no quería vivir por alguna razón.
Dijo que la definición del suicidio abre la posibilidad para que la muerte descrita con anterioridad puede ser investigada como un caso de suicidio y no una muerte natural, “eso hará que los números se actualicen y se conozca verdaderamente la magnitud del problema”, concluyó,