Familiares señalan que Reyes de Jesús, agonizó por al menos 30 minutos y no lo salvaron.
Abalá, Yucatán, 17 de abril de 2025 (InformaTe Yucatán).- En medio del dolor de la familia por perder de manera trágica a Reyes de Jesús Kuk Iuit, exigen justicia para que su muerte no quede impune.
No es la primera vez que la empresa exportadora de carne de cerdo intenta ocultar un accidente con consecuencias fatales, es la cuarta, asegura la familia del ahora occiso.
“Porque esperaron tanto, no es justo lo que le hicieron, escuché comentarios que -Reyes- estuvo esperando más de media hora, él quería vivir, no lo apoyaron”, expresó su suegra.
Kathia Lucía Tech Euán, su viuda, relató como la empresa les dio largas sobre lo que ocurría con Reyes, pese a que tanto ella, como la familia, recibieron mensajes donde les informaban de la trágica noticia.
SE APROVECHAN DE LA GENTE POBRE
Los empleados tienen miedo de alzar la voz por miedo a perder sus empleos, porque es el único sustento económico para muchas familias, lo que es aprovechado por los jefes. No solo tienen sueldos precarios, también refieren terrorismo laboral, los amenazan con correrlos si se quejan de alguna situación, mencionó la ahora viuda de Kuk.
El miedo de Reyes a perder su empleo, lo sintió el día del accidente su esposa al no tener la certeza de su estado de salud y si alzaba la voz, al recuperarse no lo dejaran regresar a laborar.
Fue hasta que la mamá de Kathia habló con un abogado, que el personal de la empresa Kekén dejó de darle vueltas al asunto y salió para informarles “Que ya no había nada que hacer, Reyes había fallecido”.
Confirmó las versiones que tampoco se le permitió la entrada a la policía y fue después de esas dos horas eternas que ya les permitieron ingresar, pero la cosa no cambió para la familia afectada.
Minutos antes de las 2 de la tarde de este jueves Santo, salió el cortejo fúnebre desde la casa donde vivió con su madre. Según señalaron, la empresa Kekén pagó el sepelio y envió una camioneta de la misma compañía para hacer el traslado el ataúd hasta el cementerio de la pequeña localidad.
Unas 50 personas acompañaron a Reyes Kuk a su última morada y ante su lecho de muerte le prometieron, que no descansarán hasta hacer justicia, por él y por otras personas que corrieron con la misma mala suerte de trabajar para una empresa que no tiene un gramo de empatía para sus empleados.