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Podrás ver el equinoccio de primavera ¡desde casa!

Equinoccio de primavera desde Dzibilchaltún podrán admirarse de manera virtual


Mérida, Yucatán a 20 de marzo de 2020.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), transmitirá en colaboración con medios de comunicación del estado, los equinoccios de primavera desde las zonas arqueológicas de Dzibilchaltún vía cibernética y televisión, este sábado 21 de marzo, para las personas que deseen “asistir” de manera virtual a estos fenómenos arqueoastronómicos de luz y sombra.

El INAH dio a conocer que tras la declaración de contingencia sanitaria por el COVID 19, la institución determinó cerrar los sitios arqueológicos y no provocar aglomeraciones y con ello poner en riesgo la salud de los asistentes.

Por lo que se podrá seguir y disfrutar de estos espectáculos por televisión y vía electrónica en la que participarán cadenas televisivas locales y medios acreditados para despertar con el alba en Dzibilchaltún y el fenómeno en el edificio central de “Las siete muñecas”.

El espectáculo de luz y sombra de Dzibilchaltún sucede dos veces al año, en los días del equinoccio de primavera en marzo y nuevamente al inicio del otoño, en septiembre. El evento se establece en el paso de sol por el edificio principal de esta urbe maya, transformando el alba en una mañana de esplendor y una ceremonia de energía a la que normalmente acuden unas 2 mil 500 personas.

En esta actividad, el sol se desplaza desde el horizonte, para llenar de luz el edificio principal de Dzibilchaltún, ubicado sobre el gran sacbé hacia el oriente, ofreciendo la imagen del esplendor de esta construcción, edificada hace mil 200 años.

Los medios acreditados para asistir a este espectáculo ofrecerán líneas virtuales para la transmisión del fenómeno y en su caso poder seguir la llegada del Dios Kukulkán o Dios Sol.

La palabra Dzibilchaltún está formada por cuatro vocablos mayas: Dzib, escritura; il, locativo; chal, plano; y tun, piedra; lo que puede traducirse como “lugar donde hay escritura en las piedras planas”.

Las referencias históricas establecen que, Dzibilchaltún es un asentamiento que tubo una larga secuencia ocupacional desde el período Preclásico Tardío hasta el Posclásico Tardío, sus primeros hallazgos datan artefactos y cerámica desde el 500 AC, por esta razón llegó a ser uno de los asentamientos más grandes de la costa norte de la península de Yucatán.

El asentamiento abarcó unos 19 km2 siendo de tipo concéntrico, en los que se han hallado alrededor de 8,400 estructuras. La parte central está compuesta por numerosas construcciones monumentales que abarcan unas 25 hectáreas.

En el resto del área se encuentran conjuntos arquitectónicos dispersos con pirámides y edificios abovedados. Se cree que pudo haber alcanzado una población hasta de 40 mil habitantes en tu época de plenitud, hacia los años 200 al 700 DC, lo que la coloca como una de las ciudades antiguas más grandes de Mesoamérica.

Por su cercanía con la costa, su economía aprovechó tanto los productos marinos del litoral del Golfo, produciendo sal, haciendo herramientas de caracol y consumiendo alimentos del mar, así como los de tierra adentro, sembrando y cosechando maíz.

Aparte de las estelas, en donde sobresale la número 19, que es considerada una obra maestra del arte escultórico maya, destaca la “mampostería verdadera”, es decir, piedras unidas con argamasa y cuñas, así como las bóvedas construidas con el sistema de piedras saledizas.

La ciudad conserva 12 sacbés (sak bé oob) o caminos blancos, la mayoría de los cuales parten del centro y se dirigen hacia las construcciones de la periferia; uno de ellos conduce al cenote Xlakáh, que en maya significa “pueblo viejo”, uno de los más grandes y profundos encontrados hasta hoy día en Yucatán, y del cual se han rescatado gran número de piezas arqueológicas, principalmente vasijas.

El edificio más sobresaliente de esta zona es “El Templo de las Siete Muñecas” o “Templo del Sol”, que es una subestructura cuadrangular de lo que alguna vez fue un templo monumental, y llamado así por una ofrenda que se encontró en su interior de siete figuras de barro con forma humana.

El fenómeno arqueo-astronómico del equinoccio ocurre en Dzibilchaltún, los días 21 de marzo y 21 de septiembre, al amanecer, cuando la puerta del Templo de las Siete Muñecas se ilumina con el resplandor del Sol que aparece en el horizonte y, en un momento dado, el disco celeste queda al centro de la puerta y crea un espectáculo de luz y sombra en la fachada poniente.

Estos días, se puede observar la increíble precisión de la astronomía maya integrada a su arquitectura. Los mayas utilizaban el sol como base para la planeación de sus vidas debido a que dependían de la agricultura. Con el equinoccio de primavera iniciaban la siembra y con el equinoccio de otoño la cosecha.

Dzibilchaltún reúne en un solo sitio a una ciudad prehispánica, un parque eco-arqueológico y el Museo del Pueblo Maya, que alberga vestigios mayas y españoles, desde objetos de barro hasta pinturas, armaduras y armas españolas, varias estelas mayas, piedras y dinteles tallados en excelentes condiciones. También cuenta con una capilla franciscana del siglo XVI en medio de la ciudad maya.

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