fbpx
  • Viernes , 17 mayo 2024

INAH recupera placa de piedra de siglo XVII, donada por un particular

La loza está fechada aproximadamente en el año 1638, casi cien años después de la fundación de Mérida.


Mérida, Yucatán a 18 de febrero de 2020 (InformaTe Yucatán).- El Instituto Nacional de Antropología e Historia  (INAH), dio a conocer la recuperación de una placa de piedra caliza, datada en el siglo XVII y que se ubicaba en la esquina del tigre, (calles 54 por 55) y que permaneció en poder un particular, quien lo entregó a las autoridades federales para su preservación.

La loza de 181 cm de largo por 112 cm de alto y 33 de ancho, está fechada aproximadamente en el año 1638, casi cien años después de la fundación de Mérida y se localizaba en una esquina, para señalar la ubicación referenciada del sitio, según establecen especialistas de la dependencia.

La institución detalló que, este martes pasado, se hizo la entrega de la piedra al INAH, para su restauración y preservación. Según se explicó, la piedra se encontraba en posesión de la familia Siqueff, quien entregó la pieza que data de la época de la colonia, en la naciente Capitanía General de Yucatán.

La instuitución informó que, la importancia de dicho monumento es de gran relevancia, puesto que, las primeras investigaciones sobre este monumento establecen su instalación en dicha esquina, en el año de 1638, según crónicas y revelaciones escritas por autores de la época.

La piedra, ubicó la esquina del tirgre, en los albores del crecimiento y ampliación de la ciudad en rumbo de Mejorada. Según se explica, la piedra permaneció en esa esquina y fue retirada cuando la casa donde se encontraba instalada fue demolina y redificada en el siglo XX hasta  en dos ocasiones.

Eduardo López Calzada, director del Centro INAH Yucatán, agradeció a la familia de Elias Siqueff Simón y Fanny María Moisés Jorge, la entrega de este valiosa pieza en piedra, que permaneció en posesión de esa familia por más de 10 años.

López Calzada manifestó que, la recuperación de dicho legado histórico, permite rescribir la historia de la Mérida colonial y en un futuro se prevé que pueda ser exhibida en un museo a cargo del INAH.

En el operativo montado durante la noche de este martes,  la familia Siqueff, entregó a José Arturo Chab Cárdenas, Jefe de Trámites y Servicios Legales del INAH, la placa de casi una tonelada de peso,  con el objeto de que se restaure y se exhiba  en los museos del INAH, por lo que desde este miércoles, la pieza está en el acceso de entrada al edificio federal hasta iniciar su proceso de restauración.

Historia

Antonio Betancourt Pérez y Roldán Peniche Barrera, escritores y cronistas de la ciudad de Mérida, describen que, durante el periodo colonial, la capital yucateca, no contaba con una nomenclatura que permitiera identificar las calles por números. Documentos históricos del siglo XVII señalan que, la ciudad se referenciaba por la ubicadas por nombres de personajes, familias, animales, hechos anecdóticos e incluso frutas.

Los propietarios de las casonas y negocios de la Mérida colonial,  designaron nombres a sus inmuebles, con elementos decorativos o de identificación, para que sirvieran de referencias a los pobladores.

De esta manera, se usaron nombres peculiares, a los cuales le mandaron a labrar, esculturas,  estatuas, murales o placas que rezaban inscripciones diversas, incluso rimas, o bromas de la cual la sociedad del centro se refería, para ubicarse en la capital yucateca.

“El cerro del imposible”, “el toro sentado”, el “Monifato”, el “Pavo” y la tienda de  la berenjena, las “dos caras”, fueron algunos nombres que asignaron a las esquinas de la ciudad y que permitían a los meridanos ubicarse y localizar una dirección, un hecho o una celebración en la época colonial.

Posteriormente, hacia el siglo XVIII, con la apliación de la ciudad se ubicaron los rumbos, suburbios y referencias de sitios mayores. Sin embargo, empresas o negocios que marcaron tiempos y momentos de la ciudad permanecieron como: la esquina de  la panadería “La Reina” o la esquina de “Santa Lucia”, son algunas referencias históricas de cómo han sido registrada las ubicaciones en la ciudad de Mérida a tiempos más modernos.

Los mismos cronistas destacan que, entre 1864 y 1865, José Salazar Ilarregui, bajo el título de comisario Imperial, designado por el entonces emperador Maximiliano de Habsburgo, dispuso la necesidad de una nomenclatura para la ciudad.

Por ello, se levantó un  plano topográfico, realizado por Agustín Díaz, Mauricio Von Hippel, Carlos Ramiro Francisco Beltrán y Carlos Moya, quienes consiguieron un plano de gran precisión y un sistema de nomenclatura inspirada en el urbanismo francés y asignaron nombres a las calles.

El 9 de julio de 1890, la administración de correos de Mérida informó al gobernador Miguel Traconis, la necesidad de una nomenclatura por números, a fin de poder cumplir con la entrega de la correspondencia, misma que fue sometida a autorización del H. Cabildo de la Ciudad, en virtud de tratarse de vía publica y se aprobó la actual proceso de designación de nomenglatura que permanece hasta la presente.

Esquina del Tigre.

Por información de historiadores y cronistas se sabe que, la esquina del Tigre, se ubicó desde el siglo XVII, en el cruzamiento actual de las calles 54 con 55. Sin embargo, fue hasta los años de 1864 y 1865, cuando se le fue asignada la nomenclatura.

Ya en el siglo XX, el inmueble donde se ubicaba instalada esta piedra se construyó una panadería que perteneció a Candelario Correa, construida de las ruinas del predio colonial.

En los años 70s la casa fue nuevamente demolida y posteriormente se construyó un hotel, que deribó en un centro nocturno, que en los años 80s se conoció como el “Chac-mool”, rebautizando esa esquina bajo el nombre del centro nocturno.

Según  la restauradora  Natalia Hernández Tangarife,  la placa está hecha en piedra caliza, con la representación de un tigre de cuerpo entero labrado en alto relieve, a su costado derecho presenta un placa labrada con la inscripción de “TIGRE” escrita sobre una inscripción casi ilegible que dice “Yucatan tiera de fieres” que podría decir “Yucatán tierra de fieras”, sin embargo es difícil su lectura a simple vista.

Related Posts

Simple Share Buttons
Simple Share Buttons
error: Content is protected !!